
Ayer disfruté de una mañana en la comisaría de Lloret. No se me asusten, no fui detenido por posesión de inukshuks ilegales ni nada por el estilo. Mi misión era otra. Cambiarme el DNI. El panorama fue tercermundista. A las 8h cola para cojer número. A las 9h sale el poli a repartir números. Los "españoles", papelitos de color rosa, los extranjeros, de color azul. Un ordenador para tramitar los dniSS y otro para los pasaportes. Me escapé un momento para tomar un café, hacía un frío del carajo. Todo esto en la calle, el minivestíbulo de la comisaría estaba a tope. Suerte de la manera que tenemos de relativizar las cosas, risas y bromas. Al fín entré al vestíbulo para continuar esperando. El servicio de información de puta pena. Prepotencia y mala educación, especialmente con los extranjeros. El poli le pega una bronca a un chaval que llega tarde y se queda sin número.
-"Nene, ya es el segundo día que pierdes tanda. ¿No deberías estar en el instituto? Vaya semana de campanas te estás pegando."
Un hombre de unos 50 años le comenta a un anciano que iba a renovar el carnet:
-"Éste ya es el último ¿no? Je, je, je..."
¿Hablar en catalán? Ni soñarlo.
A la hora del almuerzo, estampida y parón técnico.
Con tono chulesco:
-"¡¡Apaguen los teléfonos que si no el ordenador de los pasaportes se bloquea y luego se me quejan!!"
Número 85, las 11:45h de la mañana. ¡Por fin! 7 minutos de trámite y para casa.